Al terminar tu mágica visita a Machu Picchu, surge una gran pregunta: ¿cómo regresar? Ya sea en tren o en coche, tu regreso puede ser tan memorable como la propia ciudadela inca. Analicemos las opciones para ayudarte a decidir cuál se adapta mejor a tu tiempo, presupuesto y estilo de viaje.
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Tomando el tren de regreso a Cusco
El tren es el medio de transporte más popular para llegar a Machu Picchu, y con razón. Es pintoresco, cómodo y eficiente. Recorrerás exuberantes valles y el rugiente río Urubamba, todo desde un cómodo asiento con ventanas panorámicas.
Ventajas:
- Rápido y sin estrés (aprox. 3,5-4 horas hasta Cusco)
- Espectaculares paisajes andinos
- Opciones desde económicas hasta de lujo (Expedition, Vistadome, Hiram Bingham)
Contras:
- Un poco más caro
- Horarios de salida fijos (menor flexibilidad)
Ejemplo: Si desea regresar el mismo día después de su recorrido por Machu Picchu, tomar el tren de la tarde de Aguas Calientes a Ollantaytambo es ideal; desde allí, un traslado privado puede llevarlo de regreso a Cusco.



Regreso en coche: una aventura más larga y pintoresca
Si buscas una forma de regresar más aventurera y flexible, viajar en auto (por la «Ruta Hidroeléctrica») podría ser tu mejor opción. Esta ruta es común entre mochileros y viajeros con presupuesto ajustado que disfrutan explorando rutas poco convencionales.
Ventajas:
- Más económico que el tren
- Horario flexible
- Puedes parar en pequeños pueblos andinos y tomar fotos
Desventajas:
- Tiempo de viaje largo (6-8 horas)
- Caminos de tierra y curvas cerradas: no es ideal en temporada de lluvias
Ejemplo: Muchos viajeros caminan desde Aguas Calientes hasta Hidroeléctrica (unas 2,5 horas) y luego toman una camioneta compartida hasta Cusco. No es un lujo, ¡pero es una auténtica experiencia de viaje por carretera en Perú!



¿Cuál es la mejor opción para ti?
Realmente depende de qué tipo de viajero seas:
- Si valoras la comodidad y el tiempo, el tren es tu mejor opción.
- Si tienes un presupuesto limitado y te encanta la aventura, viajar en coche te da libertad y te permite disfrutar del sabor local.
No importa cuál elijas, el transporte a Machu Picchu ofrece formas únicas de experimentar los Andes: el viaje es parte de la magia.